Luego de narrarnos muchas historias de terror, nosotros comenzamos a contar nuestras historias, nuestros sueños, lo que nos contaron, lo que no sabemos muy bien si es verdad o mentira.
De pitufos y demás…
La hija de un vecino tenía una hija que en la cama tenía unas sábanas de los pitufos y a la noche mientras dormía se asfixiaba y después de unos meses los papás dijeron que ya no podía pasar más eso y decidieron quemar las sábanas pero las sábanas no se quemaban.
Un señor va a un restaurante y empieza a dibujar unos pitufos y el mozo le pregunta:
- Vos querés que todo el mundo pitufee?
- Si, está bien
- Entonces esperá que termine de trabajar y vení a casa y te cuento.
A la noche fue a su casa y le contó:
- Resulta que una vez un señor hizo una promesa con el diablo, entrego su alma y hacía que los pitufos vivan. Y empezó a fabricarlos y los ponía en los jardines. Y dicen que si los mirás a los ojos ¡fuiste!”
En la casa de mi abuela en la terraza había una cárcel hace mucho. Y ahora todas las noches se escuchan las voces de la gente que antes estaba prisionera.
Mi abuela una vez tiró un enano y después de mucho tiempo le volvió a aparecer.
En Parque Patricios vivía un enano orejudo que era muy malo y dicen que en el árbol de acá a la vuelta lo enterraron a él.
Dicen que existían enanos que te traían mala suerte. Yo tenía uno en mi casa, mi abuela me contó eso. Y me daba mucha mala suerte. Ahora que ya no lo tengo, tengo menos mala suerte. Después lo tiramos directamente.
Hay una casa y un jardín y hay un montón de enanitos que eran de verdad. Un día un nene ve a los enanitos y se va con su abuela que vivía en esa casa y le pregunta ¿quién te dio esos enanos? Y a la noche siguiente los enanos empiezan a moverse de lado a lado.
A mi mamá le robaron 150 pesos y después aparecieron debajo del enano.
Sueños que nos persiguen
En la casa de mi mamá siempre pienso que hay alguien en la terraza y la perra de mi tío fue a la terraza un día corriendo como si fuera alguien y después de eso siempre sueño con eso.
Yo sueño que un nene cambiaba las vías del tren y mata a mucha gente. No paro de soñarlo.
Sueño que me caigo para arriba.
Soñé que caminaba por el cielo.
Chicas y chicos de 9 y 10 años de la Escuela Bernasconi
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